La firma del compromiso entre Roy Barreras
y las iglesias cristianas del Valle del Cauca, desató la polémica sobre la
idoneidad del legislador como presidente del Senado y las garantías que debe
dar al debate sobre el matrimonio homosexual, la dosis personal y el aborto.
Para un político tal
vez no hay mayor tentación terrenal que los feligreses lo siguieran a él con la
misma devoción con la que siguen a su Dios. En el caso del departamento del
Valle, muchos de ellos deben pensar cómo convertir en votos esas multitudes que
religiosamente acuden a la iglesia de la Misión Paz a las Naciones, una
congregación cristiana a la que cada domingo asisten más y más devotos.
No importa, incluso,
si haya que cometer algunos pecadillos para tal fin. Precisamente de eso acusan
al hoy presidente del Senado, Roy Barreras. “Un buen servidor público no deberá
mentir, no robará y no descansará. Dios quiera que los dos últimos no los haya
hecho Roy Barreras”, sentenció el también parlamentario Armando Benedetti. ¿Por
qué tan graves acusaciones?
A Barreras se le acusa de haber firmado un documento en el año 2010 con esta
congregación para “no promover ni apoyar el matrimonio entre personas del mismo
sexo, ni la adopción de niños por parte de estas parejas”, dice el facsímil del
documento revelado por el diario El Espectador. Y tampoco votar a favor de “la
ley de aborto”, ni la ley que legaliza el consumo de drogas en Colombia.
Según el diario, el acta de compromiso la firmó el congresista el 16 de enero
de ese año con el pastor cristiano Jhon Milton Rodríguez, en calidad de presidente
de la Asociación de Ministros Cristianos del Valle. El documento se firmó en
plena recta final para las elecciones al Senado de marzo de 2010 -en las que
Barreras obtuvo más de 83.000 votos y, básicamente, establecía unos acuerdos de
mutuo beneficio en los que el político vallecaucano se alineaba con las
directrices de esta comunidad religiosa.
A cambio de tan decisivas posturas, el Comité Político Misión Paz debía
organizar reuniones con los 2.000 líderes más representativos de la
congregación en los ámbitos nacional e internacional, “internamente difundir la
propuesta del candidato Roy Barreras” y apoyar, dice El Espectador, el proceso
de votación con un mínimo de 60 personas como testigos electorales y, por
último, “concientizar, enseñar y capacitar a nuestros miembros y así generar la
cultura del voto”.
El pacto político fue firmado por Barreras, Arcila, los pastores Jhon Milton
Rodríguez, Betty Lugo Rivas y seis líderes religiosos más.
El caso está ahora en la Corte Suprema de Justicia. ¿Por qué? Porque el pastor
de la iglesia Metodista Misionera de Colombia, Luis Ernesto Correa Pinto, le
pidió al alto tribunal que investigara a Barreras por este acuerdo que, en su
criterio, no es otra cosa “que la compra de conciencias” a cambio de puestos o
proyectos.
“Con sus ofrecimientos este congresista corrompió los corazones de sus
electores y, además, incumplió sus votos cristianos al promover una ‘besatón’
en el Congreso y otras posturas sobre el matrimonio igualitario y el aborto”,
señaló Correa Pinto. La denuncia es por el delito de fraude o engaño al
sufragante pues, según el pastor Correa, “Barreras incumplió el compromiso que
hizo con la iglesia firmante en el documento base de la queja”.
Eso, explica, según Armando Benedetti, que la semana pasada Roy haya cancelado,
debate de matrimonio igualitario.
“Significa que Senado
y su presidente se hipotecó a esa iglesia”, le dijo este jueves Benedetti a
RCN.
Por su parte, en la iglesia de la Misión Paz a las Naciones los devotos confían
en Roy cumpla su compromiso. Entre tanto, allí, en Cali, cada domingo acuden en
masa más y más feligreses quienes elevan sus plegarias y tienen la facilidad de
entregar sus diezmos en efectivo o con datafono. En efecto, es tal la multitud
que cada día hay que mejorar las amplias instalaciones de una comunidad que
vive un momento de bonanza económica envidiable. Pero, esa es otra historia.
Edición:
@yeilertapias
Foto: Periódico
El País de Cali.
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